martes, 5 de junio de 2018

Cristal



He aquí en medio de la nada, 
Una muñeca de cristal templado, 
Cuyos ojos, transparentes, 
Miraban a ningún lado.


En medio de la espesura, 
La asfixiante inmensidad negra, 
Flotan suaves las burbujas, 
Larga vida en ellas reflejan. 


Y el vasto negro tiembla, 
Al son de mis latidos tristes, 
Pues perdida en ella se encuentra, 
El alma de lo que antes fuiste. 


Y la muñeca parpadea lento, 
Ante el brillo del jabón flotante, 
Imágenes de una vida que no recuerda, 
Se exhiben ante su figura frágil. 


Y la muñeca no es de cristal templado, 
Aunque es frágil como tal, 
Tiene vida y respira, 
Es un cuerpo mortal. 


Pero ha perdido su objetivo, 
Su alma ya no está más, 
Se la ha arrancado de su pecho, 
No deseando sentir ya. 


Y la negrura no es eterna, 
Aunque es la idea que da, 
Es el manto de tristeza, 
Que tus días asechará. 


Y la muñeca de cristal, 
Pasa los dias mirando, 
El rostro fuerte en las burbujas, 
Del que fue su hombre amado. 


Hasta el dia que accidentalmente, 
Su alma perdida roza, 
Como un rayo llegan a ella, 
Sentimientos que destrozan. 


Suaves labios se separan, 
Entonando una canción triste, 
Desesperación llena el aire, 
El cristal se resiste. 


La suave tonada aguda, 
Opacada por el crujido, 
Suave vidrio templado, 
Fisuras lo revisten. 


En un mismo instante, 
Todo se detiene, 
Al momento se destruyen, 
Cuerpo, alma y mente. 


Ya no hay mas muñeca, 
Ni cristal templado, 
Son solo trozos, 
Esquirlas del pasado. 


Las burbujas ya no brillan, 
No se mecen en el viento, 
No hay alma que anhele, 
Un fútil encuentro. 


En este inmenso lugar, 
La negrura se mantiene, 
Victoriosa, indomable, 
La tristeza nunca pierde.

martes, 20 de febrero de 2018

Separadas Vida Mía


Brillante sal que de tus ojos mana 
da a tus labios sabor de tristeza,
¿Dónde están los días vida mía 
Donde al son del viento bailabas con ligereza? 



No te veo más, 
No siento tus abrazos, 
Separadas por mil ciudades extrañas 
que hacen temblar mis pasos, 
¿Dónde quedaron esos momentos vida mía 
Donde el silencio era tan cálido como un beso? 



Duele el alma con tu ausencia 
busco tu voz en la brisa 
Anhelando al fantasma de tu risa 
que en los rincones asecha, 
¿Dónde guardé los secretos vida mía 
Que tu voz me confió con el corazón? 



Alejada de mis brazos fuiste 
presa del miedo y la duda, 
Temerosa de las sombras que en las esquinas 
parecían mirarte con gula, 
¿Dónde está el país vida mía 
Que nos vio crecer seguras? 



Robando retazos al tiempo 
para compartir algunas palabras, 
Que tristeza contemplar tu rostro 
y conseguir marcas que no recordaba, 
¿Quién acaricia tu rostro vida mía 
Cuando las tragedias del mundo te asedian? 



Y desde aquí 
inmersa en el caos y la desidia, 
En esta nueva nación que al mundo ostentan 
veo como la vida lentamente se marchita, 
Como bajo el hambre perdidos quedan 
aquellos lugares donde hicimos historia 
¿Cómo recupero vida mía 
esos parajes con sabor a nosotras? 



Y esperaré, 
Esperaré mil años si es necesario,
Soñando en un día donde vuelva a ver 
tus ojos cálidos como antaño, 
Cuando acortes la distancia que nos separa 
atravesando ciudades sin ver, 
Guiada por los susurros que doy al viento 
cuando se que nadie está escuchándome, 
¿Dónde te espero vida mía 
Cuando vuelvas sobre tus pies?

Un Dígito por Vez


Un día simplemente me sentí anciana, que es perfectamente posible con 22 años de edad. 

Viendo calles vacías y servidores llenos. Las jugueterías solas y los cyber sin espacio para otra alma. 

Pidiendo ayuda a mis sobrinitos para entender una aplicación del teléfono nuevo, extrañando sus botones y pantallas insensibles mientras ellos me relatan los entresijos de los comandos por voz y las redes sociales. 

Mirando libros de lejos con la vista penetrante de los ecologistas vigilando mis movimientos, olfateando los tomos más viejos cuando creo que nadie me ve. 

Sigo sin entender el atractivo hipnotizante de una actualización que se ve igual que las cuatro anteriores o de un teléfono tan delgado y grande que no sé cómo agarrar. 

Definitivamente nací en la era digital, es solo que yo al igual que muchos de mis congéneres de la tercera edad, pertenecemos a la era de un dígito por vez.

Soledad Bajo la Piel


Hay cosas difíciles de explicar en palabras, cosas que solo se saben por la experiencia, ¿Cómo explicarle a un europeo el sabor de una guanábana? O a una persona que solo ha vivido en el Ecuador, ¿Cómo le explicas la sensación de un invierno de 30 Cº bajo 0? Son cosas, hechos y sensaciones que solo los más versados podrían poner en palabras que sepan llegar a los corazones de todos. 

Los sentimientos son otro de los grandes placeres y pesares que solo el ser humano es capaz de sentir con gran profundidad; el amor, la tristeza, la ira, la felicidad o los celos, son sensaciones conocidas en concepto pero que nunca llegan a tener real significado hasta que se vive en carne propia y se experimenta de primera mano todas las implicaciones que uno de estos comunes sentimientos conlleva dentro de una persona. 

La soledad es uno de ellos. Las personas con regularidad no conocen realmente lo que es sentirse "solo", el ser humano es por naturaleza un ser sociable que siempre trata de pertenecer a algo, ya sea a un grupo, a una sociedad, a un país, por ello constantemente está buscando entre sus pares alguien que comparta sus ideales, intereses, gustos. 

Con los años es cada vez más complicado conectar realmente con alguien, las personas están más preocupadas por lo que implica vivir, de las cuentas, el dinero y el trabajo; que por vivir realmente, corren de un lado a otro sin descanso, de sol a sol para sustentar una vida que no están disfrutando. Es sumamente triste ser partícipe de esta escena donde la gente no tiene tiempo de detenerse a hablar con un amigo, saludar a un conocido, abrazar a su hermano, puesto que a la larga, cuando ya han cumplido con las metas de éxito y fortuna por las que trabajaron toda su vida se dan cuenta repentinamente, como si despertaran de un sueño, que no tienen a nadie con quien compartir esta dicha, que están solos. 

Indudablemente más desgarrador que saberse solo por decisión propia, por haber atendido al trabajo en vez de a las amistades; es saberse solo por abandono. 

En Venezuela se está atravesando un difícil momento económico, social y cultural, una situación terrible por la que muchas personas han decidido migrar a otros países en busca de oportunidades de vivir, porque en este momento los venezolanos sobreviven, no viven y la diferencia solo la conoce realmente quien se ha visto con insomnio en las noches, atormentado por si al día siguiente al salir a buscar víveres, los conseguirá en algún lado, si el dinero será suficiente y si no lo robaran o asesinarán en el intento. 

Con cada día que pasa más y más personas huyen despavoridas a otras tierras buscando mejor calidad de vida, buscando un lugar que les ofrezca cosas que todos en el mundo dan por sentado, un trabajo que genere el suficiente dinero para comer al menos dos veces al día, un hogar donde los servicios de agua y luz no se vayan por semanas interminables, una ciudad donde salir a la calle no represente un atentado a tu vida. Y se sentirán solitarios, lejos de sus padres, amigos, de su cultura y costumbres, lejos de su tierra, lejos de su hogar, pero la tranquilidad de saberse a salvo, vale cada gramo de soledad que puedan llegar a sentir. 

Ellos serán felices, eventualmente conseguirán amigos, formarán parte de un grupo y adoptarán esa nueva sociedad como propia. Pero ¿Ha reparado alguien en los que se quedan? 

Ya sea porque no tienen el valor o los medios para salir al exterior, es terrible presenciar como estas personas se van quedando solas, abandonadas por sus amigos y familia, sin poder hacer nada, y más importante, sin querer hacer nada para evitarlo, es decir, ¿Por qué le negarías a alguien a quien quieres la oportunidad de vivir mejor? Y lentamente pero sin pausa ves como su círculo de amigos, sus hermanos, todo, desaparece de su entorno dejándolo atrás, viendo fantasmas en los huecos dejados, sin nadie con quien compartir sus miedos del día a día, sus preocupaciones, sus alegrías dentro de tanto desespero. Es terrible, esto hunde a la gente, la sensibiliza a la angustia que flota en el ambiente y se cuela por cada grieta dentro de las personas, las consume y no deja nada más que un cascarón vacío. 

Parejas que se separan, que se prometieron un "por siempre" que se desvanece con cada milla que se aleja el avión. Pues es difícil prometer un "en la salud y en la enfermedad" cuando se presenta una oportunidad que lleve a una sola de las partes al exterior. ¿Cuantos corazones no se hayan hoy empañados por la tristeza de la espera? ¿Cuantos corazones no se han destrozado ante la certeza de que una vez en otro país la idea de volver es casi impensable? Solitarias caminan las jóvenes almas por las calles, actuando en automático y por inercia, haciendo todo lo necesario por sobrevivir otro día más, pensando en los que perdieron fruto del hampa, de la represión, de la injusticia, y en aquellos que perdieron en la distancia, los que están más allá de donde alcanza la vista. 

La soledad es terrible en todas sus formas, atenaza al corazón y tiene en sus esbeltas manos a una nación completa, a los que se van y a los que se quedan. Será una sombra al asecho durante muchos años atormentando personas de todos los estratos y edades, a los abandonados y a los valientes, y tal vez algún día logren limpiar esa sensación de su cuerpo, del frío de no tener a nadie a quien hablar, de la tristeza de saberse lejos de los que amas; pero inevitablemente el sentimiento estará allí, porque es difícil entenderlo si solo te lo explican con palabras, pero una vez que lo experimentas en la piel se queda allí por siempre, ese conocimiento no se desvanece de la memoria y se desliza como un escalofrió en la columna a la menor oportunidad que le otorgues de volver.

Sinfonía de la Naturaleza



Agua cristalina, 
Dulce manantial, 
Brotando desde el cielo, 
Con tranquilo tintinear. 


Desde mi ventana, 
Cual ensueño lunático, 
Parece cada gota, 
Entonar un cántico. 


Y ante tal demostración, 
De fuerza natural, 
No hay otro remedio, 
Que las plantas retoñar. 


Pues cada gota equipada, 
Con dulce voz de sirena, 
Impulsa a las criaturas, 
Inyecta vida a sus venas. 


Una gota solitaria, 
Es sinfonía y belleza, 
Todas juntas ellas forman, 
Natural orquesta.

Ojos de Ensueño


A veces en el día me siento atrapada en un sueño, como si el cuerpo en el que estoy no fuese más que una ilusión y yo el espectador de esta trágica comedia. Es entonces donde pienso, “Si este no es mi cuerpo ¿Adónde pertenezco en realidad?”. 

Miles de imágenes corren salvajes superponiéndose a la visión de mi entorno, pero siempre me hace volver en sí, aquel vistazo fugaz al ocaso del día, tantos colores juntos, naranja, rojo, amarillo perdiéndose ante la fuerza de la noche venidera, ¿Cómo no recordar esos mismos colores en las sabanas áridas y extensas? 

Y pasan frente a mi como un espejismo, los ojos de un león siempre al asecho ¿Podría ser yo una criatura tan formidable? Y el espectáculo salvaje de este imponente animal cazando me hace sentir indefensa, aliviada de estar solo mirando. 

Tal vez podría ser un ente más tranquilo, que se deslice por la vida suave como la marea y me veo recorriendo África como la leve brisa mañanera, satisfecha con ver como la vida se desarrolla bajo el sol implacable, recordando un pasado lleno de un verde fulgurante. Plantas y animales tocaría a mi paso, pero ¿No sería solitaria una vida en ese estado? 

Y el ensueño se termina tan pronto como llega, mi cuerpo vuelve a ser mío, tan torpe y adecuado que no podría ser de nadie más, atrás quedan los sueños de ser la brisa del rocío, confinados de momento a esta mente terrenal.

No Temas a la Vida


Pequeña Criatura, 
dentro del caparazón, 
sal fuera a conocerme, 
pierde miedo a mi voz. 


Varios días han pasado, 
arrullándote con melodías, 
aún con voz de sirena, 
no asomas las raicillas. 


Tal vez no es música buena, 
aquello que anhelas más, 
tal vez un poco de agua, 
te haga salir a jugar. 


Pequeña criatura, 
que ahora se asoma, 
flotando en el agua, 
tu vida atesora. 


Oh criaturilla, 
tan singular, 
convertida por el agua, 
en un brote sin igual.